Apenas unos días, dimos por finalizadas las obras de rehabilitación de un mas agrícola tradicional de antigüedad, se calcula, superior a 70 años.

Esta edificación, que se encontraba notablemente deteriorada, contaba con todas las características tipológicas tradicionales propias de este tipo de construcciones. Estaba erigida en piedra local de mampostería y las cubiertas consistían en una estructura de madera y teja cerámica.

Tal y como describía el proyecto, obra de la arquitecta Ana María Gómez Guallar, se ha recuperado la volumetría original (testimoniada por los pilares aún en pie de la planta 1ª) y se han eliminado las modificaciones y añadidos fruto de las sucesivas reformas anteriores. Todo ello con el objetivo de ofrecer así una imagen compacta unitaria, propia de  este tipo de edificación tradicional.

La estructura horizontal ha sido sustituida por forjados de vigas de hormigón con bovedilla de hormigón en techo de planta baja y viguetas autoresistentes de hormigón con rasilla cerámica como entrevigado en cubiertas. Además, se añadirán zunchos perimetrales de hormigón armado para atado estructural del conjunto.

Para la solución de la cubierta, con el fin de aprovechar al máximo los materiales de los que ya disponíamos, se ha llevado a cabo una cobertura formada por teja cerámica mixta, recuperando si es posible las tejas existentes para cobertura y colocando las tejas nuevas que conforman los ríos para garantizar la circulación del agua de lluvia.

Especialmente orgullosos estamos del resultado de la rehabilitación de los cerramientos de piedra mampuesta, en cuya limpieza y recuperación se ha puesto especial cuidado. Estos han sido tratados manualmente, rellenándolos a continuación con mortero blanco.

Estas paredes tan características de piedra mampuesta han sido prolongados hasta la altura prevista en proyecto con una solución consistente  en bloques de termoarcilla y enfoscados por el exterior con morteros de colores terrosos claros. Esta decisión que garantiza la integración de esta edificación con el entorno tradicional en el que se encuentra. Una obra que sin renunciar a las prestaciones que ofrece una edificación de nueva planta constituye un ejemplo de arquitectura tradicional agrícola que sin duda merece la pena conservar.